![]() |
SIMÓN BOLÍVAR
Óleo de Ricardo Acevedo Bernal, Quinta de Bolívar,
Bogotá
[1813] |
Brigadier de la Unión, General en Jefe del Ejercito del Norte,
Libertador de Venezuela
A sus conciudadanos
Venezolanos: Un
ejército de hermanos, enviado por el soberano Congreso de la Nueva
Granada, ha venido a libertaros, y ya lo tenéis en medio de vosotros,
después de haber expulsado a los opresores de las provincias de Mérida
y Trujillo.
Nosotros somos
enviados a destruir a los españoles, a proteger a los americanos, y a
restablecer los gobiernos republicanos que formaban la Confederación de
Venezuela. Los Estados que cubren nuestras armas, están regidos
nuevamente por sus antiguas constituciones y magistrados, gozando
plenamente de su libertad e independencia; porque nuestra misión sólo
se dirige a romper las cadenas de la servidumbre, que agobian todavía a
algunos de nuestros pueblos, sin pretender dar leyes, ni ejercer actos
de dominio, a que el derecho de la guerra podría autorizarnos.
Tocado de
vuestros infortunios, no hemos podido ver con indiferencia las
aflicciones que os hacían experimentar los bárbaros españoles, que os
han aniquilado con la rapiña, y os han destruido con la muerte; que han
violado los derechos sagrados de las gentes; que han infringido las
capitulaciones y los tratados más solemnes; y, en fin, han cometido
todos los crímenes, reduciendo la República de Venezuela a la más
espantosa desolación. Así pues, la justicia exige la vindicta, y la
necesidad nos obliga a tomarla. Que desaparezcan para siempre del suelo
colombiano los monstruos que lo infestan y han cubierto de sangre; que
su escarmiento sea igual a la enormidad de su perfidia, para lavar de
este modo la mancha de nuestra ignominia, y mostrar a las naciones del
universo, que no se ofende impunemente a los hijos de América.
A pesar de
nuestros justos resentimientos contra los inicuos españoles, nuestro
magnánimo corazón se digna, aún, abrirles por la ultima vez una vía a
la conciliación y a la amistad; todavía se les invita a vivir
pacíficamente entre nosotros, si detestando sus crímenes, y
convirtiéndose de buena fe, cooperan con nosotros a la destrucción del
gobierno intruso de España, y al restablecimiento de la República de
Venezuela.
Todo español
que no conspire contra la tiranía en favor de la justa causa, por los
medios más activos y eficaces, será tenido por enemigo, y castigado
como traidor a la patria y, por consecuencia, será irremisiblemente
pasado por las armas. Por el contrario, se concede un indulto general y
absoluto a los que pasen a nuestro ejército con sus armas o sin ellas;
a los que presten sus auxilios a los buenos ciudadanos que se están
esforzando por sacudir el yugo de la tiranía. Se conservarán en sus
empleos y destinos a los oficiales de guerra, y magistrados civiles que
proclamen el Gobierno de Venezuela, y se unan a nosotros; en una
palabra, los españoles que hagan señalados servicios al Estado, serán
reputados y tratados como americanos.
Y vosotros,
americanos, que el error o la perfidia os ha extraviado de las sendas
de la justicia, sabed que vuestros hermanos os perdonan y lamentan
sinceramente vuestros descarríos, en la íntima persuasión de que
vosotros no podéis ser culpables, y que sólo la ceguedad e ignorancia
en que os han tenido hasta el presente los autores de vuestros
crímenes, han podido induciros a ellos. No temáis la espada que viene a
vengaros y a cortar los lazos ignominiosos con que os ligan a su suerte
vuestros verdugos. Contad con una inmunidad absoluta en vuestro honor,
vida y propiedades; el solo título de americanos será vuestra garantía
y salvaguardia. Nuestras armas han venido a protegeros, y no se
emplearán jamás contra uno solo de nuestros hermanos.
Esta amnistía
se extiende hasta a los mismos traidores que más recientemente hayan
cometido actos de felonía; y será tan religiosamente cumplida, que
ninguna razón, causa, o pretexto será suficiente para obligarnos a
quebrantar nuestra oferta, por grandes y extraordinarios que sean los
motivos que nos deis pare excitar nuestra animadversión.
Españoles
y Canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si no obráis
activamente en obsequio de la libertad de América. Americanos, contad
con la vida, aun cuando seáis culpables.
Cuartel General de Trujillo, 15 de junio de 1813.—3
Simon Bolívar.
Es copia.
Pedro Briceño Méndez,
Secretario
No hay comentarios:
Publicar un comentario