Ecología

"La hora del Planeta" comenzó por Australia. Decenas de miles de
personas apagaron este sábado las luces de sus viviendas en un gesto a
favor de protección del medio ambiente a las 20:30 horas de Australia
(las 10:30 GMT). Ante la mirada de curiosos y entusiastas, la silueta de
los rascacielos y el famoso puente de la bahía de Sidney quedaron a
oscuras en la ciudad, al igual que numerosos restaurantes, edificios,
hogares y casas. El edificio de la Ópera fue la excepción: quedó
brillando con una luz verdosa, símbolo de las nuevas energías
renovables.
En la calle King's de Sidney numeros bares recurrieron a la las luces de
las velas y los restaurantes ofrecían una cena romántica con esta suave
iluminación. "En la acción de apagar de la luz se trata sobre todo de
la sensación de formar parte de una comunidad", dijo el organizador Andy
Ridley. "Un niño en Pekín puede participar de la acción al igual que un
niño en Río. Ellos notan que compartimos este planeta".
Una de las voces críticas de esta acción, el profesor Bjørn Lomborg de
la Business School de Copenhague, argumenta que dos velas producen más
CO2 que una bombilla de bajo consumo. "Abordar los problemas del mundo
con una cena a la luz de las velas resulta atractivo sobre todo para una
elite acomodada, que no tiene ningún problema de suministro eléctrico",
señaló. Lomborg apunta que no se ha pedido que se apaguen los PCs o los
teléfonos móviles, lo que en su opinión sí resultaría difícil para los
consumidores.
rml (dpa, afp)
Tomado de Ciencia y Tecnologia. Un programa de la DW/23/03/2013
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