Este resumen de la biografía de Juan Antonio Pérez Bonalde se ha hecho a partir de la obra publicada por el Ministerio de Educación en 1973 y escrita por José Ramón Medina titulada “Biografías Escolares Juan Antonio Pérez Bonalde” y de la “Rectificación de la Biografía de Pérez Bonalde” publicada por el Sacerdote Jesuita Pedro P. Barnola.

Su padre recibe buenas noticias de la patria y
se decide a regresar esto sucede en 1868. Tiene apenas 22 años e interviene en
actividades y campañas públicas. Su actividad en el campo político va a ser
breve. No estaba el país, entonces apto para la controversia pública, fecunda,
de los partidos políticos. Y al idealista que en él se manifestaba, con sus
anhelos de paz y tranquilidad colectivas, de libertad y progreso, de estabilidad
política y de orden social verdadero, se oponía la realidad turbulenta de la
patria.
Su padre Juan Antonio Pérez Bonalde al regresar a
Venezuela se mantiene alejado de las actividades políticas, y al poco tiempo
muere a causa de una angina de pecho.
En una corrida de toros celebrada en Caracas fueron
recitados unos versos satíricos del poeta en los cuales ridiculizaba a Guzmán
Blanco. Este al identificarlo como autor de dichos versos le dio un plazo
de ocho días para salir del país. Tenía 24 años apenas y va solo. Deja a su
madre enferma y ya no la volverá a verla con vida.
Se va a Nueva York y consigue a los quince días trabajo en una empresa importante, Lahman & Kemp, que se dedica la venta de perfumes, de productos medicinales y de tocador. En el desempeño de su empleo viaja por gran parte del territorio norteamericano. Cuando no viaja se ocupa de la redacción de pubicidad comerciales de la casa para la cual trabaja, y en la elaboración del singular almanaque “Bristol” que produce la misma empresa.
Como agente de esta empresa viaja por Europa, Asia,
África, él Caribe y también por el Brasil. Su trabajo no le impide leer y
escribir lo que hace con gran entusiasmo. Es asiduo concurrente a la Biblioteca
Pública donde años más tarde conocerá a su esposa.
En las noches de ciertos días asiste en Nueva York a unas reuniones de hispanoamericanos que se celebran en el Salón Theiss. Es un lugar situado en la calle 14, donde tocan buena música y se bebe cerveza. Entre los asiduos asistentes a las tertulias que allí se hacen estaba José Martí, el gran patriota y poeta cubano, el combativo periodista y político venezolano Nicanor Bolet Peraza, el colombino Santiago Pérez Triana y Juan de Dios Uribe. En 1875 se agregará al grupo el poeta Jacinto Gutiérrez Coll, Cónsul General de Venezuela en Nueva York.
La etapa más fecunda de creación se produce a medida que avanzan sus años de permanencia en Nueva York. Cuando no escribe su propia poesía, se dedica con verdadero entusiasmo a traducir aquellos poemas de autores extranjeros, en cuyas obras encuentra como un eco de su sensibilidad y de sus preferencias líricas. Estando en Nueva York recibe la noticia de la muerte de su madre lo que lo afecta profundamente a él y a su producción literaria.
Desde su llegada a Estados Unidos en 1870 y hasta 1876 se cumple una etapa muy agitada de su vida y de su creación. Un año más tarde en 1877, publicó sus primeros volúmenes de versos.
A mediados de 1876, Pérez Bonalde regresa a Venezuela. Durante la travesía que lo trae a la patria vuelve a su mente muchos recuerdos. En ese estado de ánimo es cuando empieza a escribir su imperecedero poema “Vuelta a la Patria” que es un canto patético y desgarrado por la patria que se vuelve a ver y por la memoria de su madre muerta.
Pérez Bonalde desembarca en Puerto Cabello. Allí lo espera un nutrido grupo de familiares y amigos.
Este segundo regreso a Venezuela es aún más corto que el primero. El presidente
Alcántara muere el 30 de noviembre de ese año 1876. Guzmán Blanco vuelve asumir
el mando de la república y Pérez Bonalde debe tomar de nuevo el camino del
destierro. Vuelve a Nueva York, pasando primero por Puerto Rico.
El año 1879 Pérez Bonalde se casa con la norteamericana Amanda Schoonmaker, a quien conoció en la Biblioteca Pública de Nueva York. Este no fue un matrimonio feliz. Eran comienzos de 1880 cuando nació su única hija Flor, ese mismo año publica su segundo libro de poesía “Ritmos”. A fines de 1883 casi sorpresivamente muere su hija Flor sumiéndolo en el más profundo desconsuelo.
En el año 1884 viaja a Madrid para recibirse como Miembro Correspondiente en América de la Academia Española. Con tal carácter asiste a la sesión que esa institución realiza el 12 de junio de 1884.
Pérez Bonalde no deja de crear, termina y revisa una de sus obras fundamentales “El Cancionero” de Heine. Cuya primera edición fue publicada a fines de 1885. El poeta la dedico a Edward Kemp, factor principal de la firma Lahman & Kemp, quien generosamente costeó la publicación. La obra venía precedida por una carta de Menéndez y Pelayo y un prologo del notable crítico Juan Fastenrath.
Estaba terminando el año 1887 y se encontraba enfermo y debió ser recluido en
un sanatorio. En este sitio pasara un año. Al salir de él desea regresar a
Venezuela y es a comienzos de 1890 cuando lo hace. Guzmán Blanco ya no está en
la escena pública pero la política sigue siendo un campo de batalla donde no
parece haber tregua.
El prestigio de poeta hace surgir a su alrededor,
desde el mismo momento de su llegada, un vivo sentimiento de simpatía. Cuando
pisa tierra venezolana, se le prepara un cordial recibimiento.
Meses después de su llegada, el Presidente Andueza Palacios desea distinguirlo con un cargo diplomático, pero su salud no se lo permite. Sus médicos le aconsejan instalarse en el litoral guaireño. Allí vive en la casa de su sobrina Carolina Tesdorpf de Vidal (1). Monseñor Manuel Gámez, dignísimo sacerdote que llevaba 17 años al frente de la Parroquia de La Guaira, es el sacerdote que le visita y le ayuda a bien morir. Allí va a sorprenderle la muerte, víctima de una parálisis total el 4 de octubre de 1892. Fue enterrado en el cementerio de Macuto. Dos días después las tropas del General Joaquín Crespo, encabezando la revolución legalista, empiezan a entrar a Caracas.
Meses después de su llegada, el Presidente Andueza Palacios desea distinguirlo con un cargo diplomático, pero su salud no se lo permite. Sus médicos le aconsejan instalarse en el litoral guaireño. Allí vive en la casa de su sobrina Carolina Tesdorpf de Vidal (1). Monseñor Manuel Gámez, dignísimo sacerdote que llevaba 17 años al frente de la Parroquia de La Guaira, es el sacerdote que le visita y le ayuda a bien morir. Allí va a sorprenderle la muerte, víctima de una parálisis total el 4 de octubre de 1892. Fue enterrado en el cementerio de Macuto. Dos días después las tropas del General Joaquín Crespo, encabezando la revolución legalista, empiezan a entrar a Caracas.
Once años más tarde el 4 de octubre de 1903, los restos de Pérez Bonalde son trasladados al Cementerio General de Sur, en Caracas. En esa décima primera conmemoración de su muerte, al trasladar sus restos de Macuto a Caracas un grupo de intelectuales rinde a su memoria el homenaje que mereció en vida y que jamás llegó.
Cuarenta y tres años después, al cumplirse el centenario de su fecha de nacimiento, le fueron acordados a Pérez Bonalde los honores del Panteón Nacional. Sus restos fueron conducidos allí, con toda solemnidad, el 14 de febrero de 1946.