Nació en el Tocuyo (Estado
Lara) el 19 de septiembre de 1.858. Sus padres fueron Rafael Alvarado y Gracia
Benigna Marchena.
En 1.866 a la edad de 8 años,
recibe de niño la primera y más decisiva influencia de su vida: el contacto con
los clásicos y el conocimiento del latín en el Colegio La Concordia de El
Tocuyo, regentado por su padrino y maestro Egidio Montesinos.
En 1.871 obtiene el título de
bachiller en Filosofía en el Colegio Nacional de Varones de Trujillo.
En 1.877 José Gil Fortoul
funda en el Tocuyo, el primer periódico impreso de esa ciudad, “El Aura
Juvenil”. Lisandro Alvarado colabora frecuentemente en sus columnas. La falta
de recursos económicos obliga a suspender sus estudios para trabajar como
dependiente de una farmacia en Barquisimeto.
En 1.878, con tan sólo 20
años, se traslada a Caracas para cursar estudios de medicina. En la Universidad
encuentra a Adolfo Ernst, profesor alemán en Botánica y Zoología, y Rafael
Villavicencio, profesor de Historia Universal. Cursó Derecho Romano y Canónico,
Mineralogía, Cálculo Superior y Medicina. Se inscribió en la Academia Militar
de Matemáticas y asistió a Cátedra de Filosofía Intelectual del Colegio Santa
María, regenta por el Dr. Elías Rodríguez.
En 1.881, por medio de
Cecilio Acosta pudo conocer a José Martí quien tuvo una importante influencia
en su visión de la vida y la ciencia.
En 1.882 se reúne junto a
Zumeta, Revenga, López, Méndez, en la Sociedad “Amigos del Saber”. En la
“Revista Venezolana” publica su primer ensayo. El 17 de junio de 1.884 se
gradúa de bachiller en Ciencias Médicas, su tesis: “Indicaciones y
Contraindicaciones de la punción en los quistes hidráticos del hígado”,
“Tumores fibrosos del útero: patogenia, diagnóstico y tratamiento”.
El 2 de agosto del mismo año
se gradúa de Doctor en Medicina con la tesis: “La Termometría es uno de la
patología”, “Diagnostico de la hernia inguinal”.
En 1.886 figura entre los
oradores del Colegio “San Agustín” (en Barquisimeto) y pronuncia un discurso en
donde reafirma su posición católica, rechazando las concepciones científicas y
filosóficas de sus profesores Ernst y Villavicencio.
Una vez doctorado en
medicina; Lisandro Alvarado se radica en Ospino (Edo. Portuguesa) a ejercer su
profesión. Contrae matrimonio con Amalia Rosa Acosta Zubillaga; con la que
tiene 7 hijos.
En 1.888 se encarga de la
Medicatura Rural de Guanare, estando el General Francisco Batalla en la
presidencia del Estado Zamora (hoy Barinas). De Guanare fue enviado como Médico
en Comisión al Tinaco, durante la epidemia de aquel año. En Guanare fue Rector
del Colegio Nacional. En abril vuelve a Ospino.
En 1.890 por medio del
General Batalla, Alvarado es nombrado Cónsul en Southampton. Viaja a
Inglaterra. Renuncia muy pronto a ese cargo y regresa al país.
En 1.891 vuelve a Europa,
esta vez a Londres, como delegado por Venezuela al séptimo Congreso de Higiene
y Demografía. Allí fue nombrado miembro del Consejo Honorario Extranjero del
Congreso. En ese mismo año recorre Europa y a su regreso al país es designado
Médico Cirujano Mayor del Ejército del Centro. Pública en el “Radical” un
artículo sobre los partidos políticos.
En 1.892 publica en El Cojo
Ilustrado, “Arminio y Dorotea”. Para esta época redacta los estudios sobre “las
Neurosis sobre hombres celebres de Venezuela” (1.893) y “Sobre las guerras
civiles del país” (1.894).
En 1.900 publica sus
“Observaciones sobre la revolución de 1.810 en Venezuela” y la primera parte de
su trabajo sobre “Los delitos políticos en la Historia de Venezuela”.
Posteriormente, en 1.903,
publica “Ideas sobre la evolución del español en Venezuela”; primero de una
serie lexicográfica, única en la Venezuela de su tiempo.
En 1.919 el Ministro de
Relaciones Exteriores, comisiona a Lisandro Alvarado para clasificar los
informes sobre productos y mercados en los Llanos y los Andes. Posteriormente
Lisandro Alvarado junto a Julio Salas, publica la primera revista de Temas
Indígenas llamada “De Re Indica”.
En 1.920 regresa a Caracas,
se residencia en el Calvario y empieza a trabajar en el Ministerio de
Relaciones Exteriores, encargado de la Dirección de política Comercial por
intermedio de Santiago Key Ayala. Forma parte de la redacción de la Revista
“Cultura Venezolana”, donde hizo labor de crítica. Entre los que analizó,
están: “Buscando el camino”, de Picón Salas; “Alba de Oro”, “Poesías de Gonzalo
Carnevalli" ; “Etnografía Americana”, de J. Salas; “Los de abajo”; de
Mariano Azuela.
El 21 de junio de 1.921 fue
condecorado por el gobierno. El 30 de julio de ese mismo año recibió la Orden
Libertador Tercera Clase por el Gobierno de Venezuela. Se publica en Caracas el
“Glosario de voces indígenas”. El 10 de noviembre es electo Miembro Honorario
Extranjero de la Sociedad Américana de París.
El 23 de abril de 1.922
pronuncia su discurso de incorporación como Individuo de Número de la Real
Academia de la Lengua “La poesía Lírica en Venezuela en el último Tercio del
siglo XIX”. El 2 de julio le fue concedido el Grado de Comendador de la Real
Orden de Isabel La Católica del Gobierno Español, otorgado por Alfonso XIII.
El 29 de abril de 1.923 se
incorpora a la Real Academia Nacional de la Historia como Individuo de Número
en el discurso “Movimiento Igualitario en Venezuela” el cual fue contestado por
Laureano Vallenilla Lanz.
El 26 de enero de 1.925
recibió la Medalla de Honor de la Instrucción Pública en Caracas. Publica en la
Revista Elite “Ifigenia”. Prologa el Poemario de Roberto Montesinos. Para este
mismo año sufre un ataque de hemiplejía. Después de recuperarse, publica el
libro de Henri Pittier “Manual de las Plantas Usuales de Venezuela”.
El 10 de Abril de 1929 murió
en la ciudad de Valencia el médico, historiador y lingüista Lisandro Alvarado
quien dedicó gran parte de su vida al estudio relacionados con la lingüistica y
la lexicografía, siendo el primero de ellos Ideas sobre la evolución del
español en Venezuela (1903), siguiendo con el Glosario de voces indígenas en
Venezuela (1921), Alteraciones fonéticas del español en Venezuela (1929) y por
último el Glosario del bajo español en Venezuela (1929). Sus
obras completas fueron recopiladas en 8 volúmenes y publicados a mediados del
siglo pasado. La Academia Nacional de la Historia guarda en custodia una
colección inédita de sus manuscritos
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